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Cultura

Los Aónikenk formaban tribus compuestas de varias familias. El padre de familia ejercía autoridad en el hogar y a él debían obediencia la mujer y sus hijos e incluso también sus yernos y nueras.

Al llegar a la edad de casarse las muchachas se pintaban el rostro con una línea que corría desde el centro de la nariz hasta las orejas y desde allí se unía en el mentón. De esta forma manifestaban su interés en el matrimonio. El petrendiente “compraba” una esposa pagando con pieles de guanaco, sacos de plumas de ñandú o una cierta cantidad de tiempo de caza.

El matrimonio se consideraba aceptado cuando el padre entregaba a su hija al pretendiente que cumpliera con la dote y llevaba a la novia a su nueva vivienda. De ahí en adelante la mujer pasaba a ser posesión del marido. La distribución de las tareas era un tanto desigual. La función principal del hombre era cazar y traer el alimento al hogar. La mujer cocinaba, cuidaba de los niños, preparaba las pieles para las vestimentas, recolectaba leña, buscaba el agua, armaba, desarmaba y transportaba las viviendas, antiguamente a pie, posteriormente en las ancas de sus caballos. 

En el idioma de los aónikenk abundaba en consonantes, sobro todo de la letra k. como por ejemplo:

Aiken: lugar o paradero - Kon-aiken: lugar de vientos - Kaj: capa -Kau: toldo -Shotel-aiken: lugar de flechas

Leyenda Tehuelche

Este video esta relatado en lengua  Aonek'o ájen de la etnia  Günün a künnä , tehuelches del norte, pampas o puelches.

© 2017. Creado en el Marco del Trabajo Final del Módulo Laboratorio I:
I+DOC - Webdocs y Documentales Transmedia de la Maestría Comunicación Digital Interactiva. UNR

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